El carnaval se
celebra en todos los rincones de Brasil. Sin dudas, cada lugar tiene su encanto.
Por ejemplo, el estado de Minas Gerais esconde entre sus montañas
algunos de los carnavales más tradicionales del país. Aquí los viajeros pueden encontrar por lo menos tres opciones imperdibles para conocer en persona estos festejos: en la moderna Belo Horizonte, en Diamantina y en la colonial Ouro Preto.
Cuentan que en Belo
Horizonte, la capital estadual, las primeras batallas de confeti y
bailes populares comenzaron en la década de los 40´. Junto con
ellos se inició el reinado de los blocos caricatos y las escuelas de
samba, pero fue en 1980 cuando se ofició el Carnaval de Belo
Horizonte. En la actualidad
para el desfile de la Estación de Samba participan más de 170
blocos, convirtiendo a Belo Horizonte en la más conocida
representación del carnaval de la calle.
Pero la riqueza
cultural e histórica de Minas Gerais no sólo se vive en la capital.
Otras ciudades cercanas, como Diamantina festejan la llegada del Rey
Momo con todo. Allí la animación comienza desde la mañana
temprano, pero recién por la tarde los típicos blocos invaden las
calles con el sonido de sus tambores, arrastrando con ellos a todo el
que quiera sumarse a la fiesta.
Otro de los sitios
donde se puede disfrutar de un carnaval especial es en Ouro Preto,
ciudad nominada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la
Unesco. Aquí el carnaval se vive con la influencia de la cultura
africana. Baterías, blocos, títeres, accesorios, trajes, canciones
y sambas-enredos hacen que el de esta ciudad sea un carnaval
referente por su multiculturalidad.