La agencia de viajes Asatej se transformó en Almundo.com

Almundo

Las agencias de viajes online se encuentran en un punto de ebullición. Por lo menos eso es lo que se puede ver en el mercado argentino. La semana pasada, uno de los grandes (nuevos) jugadores que viene poniendo todas sus fichas sobre la mesa unificó su marca.

Estamos hablando de Asatej, la agencia de viajes que nació en 1992 impulsada por una fuerte demanda de turismo joven tuvo grandes cambios a lo largo de su historia. Uno de sus fundadores, Juan Pablo Lafosse, la vendió en 2002 a un fondo de inversión, que a su vez hizo lo propio a una agencia española en 2011.

Por esos años, Lafosse fue convocado para ser el gerente Comercial de la nueva Aerolíneas Argentinas de la gestión de Mariano Recalde. Luego de unos años de mantenerse al frente de la compañía aérea, en un extraña jugada decidió alejarse. Entonces, alegó que se trató de una situación personal.

Sin embargo, al poco tiempo fue convocado, en junio de 2013, por los nuevos dueños de la agencia para encarar el plan de expansión. Justamente, el jueves pasado con una celebración en Costa Salguero se sepultó la marca Asatej para pasar a llamarse Al Mundo.

La empresa está siguiendo los pasos de Despegar, en lo que a comercialización y marketing se refiere. Las grandes pautas que desembolsaron en los principales medios de la Argentina buscan mostrar a la agencia como la competencia directa de la más grande OTA de la región.

A diferencia de Despegar, Almundo.com no se dedica exclusivamente al mercado online. Mantiene unas 42 oficinas de atención al público en la Argentina. Habrá que ver cómo puede mantener la dualidad y si puede convencer a los viajeros a comprar por su plataforma.

Sin duda, la automatización en las ventas está ganando terreno, pero el hecho de humanizar la relación entre quienes compran un sueño de viajar y quienes lo venden, parece ser un camino poco explorado. Tal vez, la agencia de viajes que profundice este aspecto puede mostrar la diferencia y alejarse del modelo Despegar, exitoso pero trillado.